Hoy en día podemos encontrar programas, temporizadores y muchas opciones de música con campanillas, que suenan cada dos o tres minutos, y que su objetivo es el de avisar al practicante para que cambie la posición de las manos durante la sesión de Reiki.
Esto para los que hace tiempo que practican no tiene importancia, porque llega un momento en que ni se escuchan. La finalidad de la música es la de relajar a la persona y al mismo tiempo neutralizar los sonidos del exterior, pero al igual que las campanillas, la música desaparece por arte de magia al centrarnos en la sesión.
Para los principiantes es un error, si se acostumbran a cambiar de posición al escuchar el aviso o la campanilla, es más que probable que no estén atentos a las señales de sus manos, ni del hibiki recibido, sólo estarán pendientes del sonido y pueden inconscientemente convertirse en autómatas, perdiéndose algo muy importante del proceso de aprendizaje que es sentir.
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